El viernes a la tarde recogí la moto del taller, fui con un colega de paquete ya con el mono puesto (los 2, el de piel y el de subirme a la burra) y cruzando los dedos esperando que esta última medida de apretar la tornillería del motor sirviese para dejar notar vibraciones, la cogí y nos fuimos de ruta. Después de 300 km creo que la moto ya está bien, digo creo porque he de reconocer que soy un maniático de los ruiditos y de las puestas a punto, por lo que si dejamos de lado que una moto nunca está perfecta salvo el día que la sacas del concesionario, la moto va bien. Con el cambio de todos los inyectores se resolvió el problema del ahogamiento o pérdida de potencia en un rango determinado de rpm y con el ajuste de la tornillería se ha resuelto el problema de las vibraciones, así que ya no me voy a comer más la cabeza y a disfrutar de la moto. El próximo fin de semana intentaré meterme en circuito con los de DMT que organizan unas tandas y a desfogarme de toda esta movida.Espero que mi experiencia sirva de lago para alguien, y pueda aportar soluciones cuando surjan problemas de este tipo.